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Actitud

Desde que empecé en el ámbito de la producción cultural contemporánea con Javier Marroquí,  siempre hemos mantenido una línea de trabajo vinculada al arte de compromiso social. En su  evolución, el arte actual ha seguido un proceso de desmaterialización progresiva, las obras han  pasado de ser objetos a ser acciones y procesos. Uno de los aspectos que más destacaría en  esta evolución es la actitud de los artistas a la hora de afrontar desde el arte problemáticas sociales concretas. Durante varios años nos dedicamos a estudiar las que llamamos “potencialidades  críticas positivas” de la sociedad. Con este nombre nos referíamos a la capacidad de algunos  agentes sociales de hacer “crítica positiva”. ¿Qué significa hacer crítica positiva? Si entendemos  por “crítica negativa” aquella que se refiere a problemáticas sociales basándose en la denuncia  de hechos e injusticias, la “crítica positiva” sería aquella que supera esa postura de denuncia  centrada en una queja pasiva y adopta una actitud propositiva, señalando el problema, pero al  mismo tiempo, sugiriendo soluciones o ensayando alternativas que permitan superar ese problema (Marroquí, J. 2008). 

En nuestro proyecto “Positive Critical Imagination” (2008) llamábamos la atención sobre el hecho  de que la mayor parte de la producción artística dedicada a la crítica, se hace desde una perspectiva negativa. Al hablar de producción artística incluimos no solo los trabajos de artistas, también el realizado desde el comisariado, centros de arte y medios de difusión, especializados o no.  El resultado es un panorama general dominado por el pesimismo, cayendo con frecuencia en la  representación del drama y en el peor de los casos, en su estetización. Ambos tipos de crítica  son importantes y necesarios, pero las propuestas que surgen desde una crítica positiva, están  en una mayor sintonía con nuestro tiempo y demuestran mayor poder de transformación social.  Este tipo de crítica es una oportunidad de cambiar el discurso de la negatividad por otro más encaminado a conseguir un mundo mejor.  

A lo largo del tiempo que hemos dedicado a este tema hemos visto como las fronteras entre el  arte y el activismo social eran cada vez más difusas, artistas adoptando estrategias de grupos  activistas y activistas usando expresiones y soluciones creativas que venían del mundo artístico.  Está claro que en todos los casos había un objetivo común, buscar un mundo mejor. Una de  nuestras citas preferidas de Antonio Negri es “Siempre es posible crear nuevos mundos”, leyendo a Antonio Negri y a Michael Hardt descubrimos que el concepto de Multitud, encajaba perfectamente con lo que estábamos observando en la obra de algunos artistas y agentes sociales  que trabajan desde la crítica positiva.  

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Imperio y Multitud 

Imperio, Multitud y Commonwealth componen la trilogía escrita por Negri y Hardt, el segundo de  estos libros, Multitud, es el hilo conductor de Actitudes singulares. A continuación, comparto algunas ideas que se extraen de la lectura del libro.

 Todas las citas entrecomilladas pertenecen a Negri y Hardt. 

Antes de hablar del concepto de multitud conviene aclarar un concepto previo, el de “imperio”.  Negri y Hardt utilizan este término para hablar de una nueva forma global de soberanía cuyo poder está por encima de cualquier estado-nación. El imperio está constituido por una serie de organismos nacionales y supranacionales que se unen para establecer un dominio. El concepto de  imperio no tiene nada que ver con el imperialismo, esta forma de soberanía adopta una estructura  diferente, una estructura en red, sin centro ni fronteras, donde por supuesto se encuentran algunos de los estados-nación más poderosos como EEUU pero son una parte del Imperio, la red la  completan las principales corporaciones capitalistas y las instituciones supranacionales como el  Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), las Naciones Unidas (UN), la Organización Mundial del Comercio (OMC)… 

Negri y Hardt describen el concepto de multitud como un ser social formado por singularidades  comunes, sin forma determinada, como una “nueva carne” que se ha convertido en el centro de  la producción y reproducción de la sociedad contemporánea y que dispone del potencial necesario para crear una sociedad diferente, una sociedad alternativa. “Somos una multiplicidad de  formas de vida singulares que al mismo tiempo comparten una existencia global común” La  multitud es parte del imperio, pero también es su reverso, una fuerza con capacidad para aprovechar las estructuras y estrategias de este y hacerle frente construyendo un contra imperio. “La  globalización también crea nuevos circuitos de cooperación y colaboración que se extienden por encima de las naciones y de los continentes y que hacen posible un número ilimitado de encuentros.” 

En Multitud, Negri y Hardt diferencian el término de multitud del de pueblo, el de masas y el de  clase obrera. Cuando se habla de “pueblo” el pueblo es uno, “muchos individuos bajo una misma  identidad”. Al hablar de masas, en ellas existe diversidad, pero en el fondo predomina la indiferenciación. Cuando se habla de masas, las diferencias de las personas que componen esos grupos desaparecen en el conjunto, son grupos de personas dirigidos que no toman decisiones por  sí mismos. El concepto de clase obrera es muy limitado, ya que estrictamente englobaría sólo a  los trabajadores industriales, dejando fuera a agricultores y otros trabajadores, si entendemos el  concepto de clase obrera de una manera más amplia abarcaría a todos los asalariados, pero seguiría dejando fuera a todas aquellas personas, en su mayoría mujeres, que se dedican a trabajos  no remunerados. 

El concepto de multitud es mucho más inclusivo, la multitud no está unificada, se compone de un  conjunto de singularidades que comparten un contexto común en el que viven. Es un sujeto activo diferente y múltiple, su construcción y acción se fundamenta en lo que hay en común, pero lo  más interesante es que ese conjunto de singularidades al relacionarse está produciendo lo común. Para Negri y Hardt la comunicación y colaboración de la multitud no se basa tanto en lo que  tienen en común sus componentes sino en lo que producen en común, a este tipo de producción  la llaman “producción biopolítica” y esta alcanza a todos los aspectos de la vida (social, eco nómica, cultural y política). “Compartimos la vida en este planeta, compartimos regímenes  capitalistas de producción y explotación, y compartimos sueños comunes acerca de un fu turo mejor. Por consiguiente, nuestra comunicación, colaboración y cooperación no se basan solo en lo común existente, también producen a su vez nuevos elementos comunes.” 

En el libro Multidud encontramos un relato titulado “Dos italianos en la India”. En 1961 Alberto  Moravia y Pier Paolo Pasolini viajaron juntos a la India, luego cada uno escribió un libro a partir de  esa experiencia. Moravia escribió Un’ idea dell’ India centrándose en las diferencias, tratando de  explicar en que aspectos los europeos nos diferenciábamos de los indios. Pasolini en cambio,  escribió L’odore dell’India explicando todas las similitudes que encontraba con Italia, olores, ritos, los niños… siendo su conclusión que la India es igual a Italia. Hardt y Negri critican las visiones  de ambos al hacer un acercamiento tomando Europa como la referencia en la que se basa la  comparación, esta visión les limita y les impide apreciar las singularidades de la India. “Una vez  que hemos reconocido la singularidad, lo común empieza a emerger.”  

Una de las preocupaciones de Hardt y Negri es saber ¿Cómo puede tomar decisiones la multitud? Para ellos la respuesta podría estar en la analogía que hacen del cerebro humano, no existe  una neurona que toma las decisiones sino una multitud de ellas que se coordinan y se ponen de  acuerdo. Del mismo modo que la multitud “produce en común y produce lo común” también podría llegar a tomar decisiones a nivel político. “La inteligencia del enjambre, todos juntos somos más inteligentes que cualquiera de nosotros en solitario.”  

La guerra como obstáculo de la multitud  

Para Negri y Hardt existe una posibilidad de contar por primera vez con una democracia a escala  global, el obstáculo que nos separa de alcanzar esa democracia es el “estado de guerra global”  en el que vivimos. Hasta ahora las guerras se libraban entre entidades soberanas, normalmente  estados-nación pero con el declive de estos, está cambiando también la guerra. Ambos autores  consideran que actualmente el estado de guerra es permanente y ontológico, incluso en el caso  en que no se haya desatado, existe en todo momento la amenaza de que ésta pueda empezar en  cualquier instante y con unas consecuencias a escala global que afectarían a todos. Para Negri y  Hardt la clave para entender el estado de guerra actual está en dos sentidos de la palabra “excepción”. En la modernidad la guerra era la excepción y estaba reservada para conflictos externos entre estados y la paz era la norma. Con el declive de los estados-nación y el estallido de lo  que los autores consideran guerras civiles del imperio, se termina con la idea de que la guerra  quede confinada a situaciones de excepción, “El estado de excepción se ha vuelto permanente y generalizado”. Teniendo en cuenta el estado de excepción desde un punto de vista jurídico,  este conlleva la suspensión de la constitución y otorga más poder al ejecutivo para proteger al  estado. Con esto se llega a la paradoja de que para salvar la constitución haya que suspenderla,  aunque se supone que el periodo de excepción ha de ser breve. ¿Pero qué ocurre si esta situación temporal no es breve? ¿Qué ocurre si se hace indefinida? Si el estado de guerra es global y  permanente la suspensión de la democracia acaba por ser permanente, los estados se vuelven  autoritarios y la democracia se torna imposible. 

El otro sentido al concepto de excepción es la hegemonía de EEUU, uno de los estados que forma el Imperio. La guerra se ha convertido en la base de todas las relaciones de poder, no solo  controla a la población, sino que produce y reproduce todos los aspectos de la vida, es un régimen de biopoder, un proceso que regula el orden global para el Imperio. 

El poder siempre depende de las resistencias, por ello los gobiernos dedican recursos para estudiar todas las formas de resistencia, conociéndolas pueden trabajar en la contrainsurgencia. El  imperio no se enfrenta a un estado enemigo, se enfrenta a una red distribuida (sin centro) y asimétrica. Para enfrentarse a esta nueva forma la solución pasa por adoptar esa forma de red en la  medida de lo posible.  

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El trabajo inmaterial, combustible para la multitud 

Para entender el estado de guerra global hay que revisar las transformaciones del trabajo y ver  como estos cambios han afectado a los movimientos de resistencia. En la actualidad el trabajo  inmaterial ha adquirido una importancia, en términos cualitativos, que ha desplazado a otras formas de trabajo que tuvieron todo el peso en el pasado. Aunque los trabajadores que se dedican a  la producción inmaterial sean una minoría en comparación con el total de los trabajadores, las  características del trabajo que producen están transformando el resto de formas de trabajo. 

El trabajo inmaterial “produce bienes inmateriales tales como información, conocimientos,  ideas y afectos”, sus capacidades transformadoras tienen un doble filo, características positivas  y negativas, entre las últimas encontramos: la dificultad de separar el horario laboral del tiempo  libre, la facilidad con la que la empresa puede entrometerse en la vida del trabajador, las condiciones de flexibilidad que precarizan contratos y horarios. Del lado positivo encontramos, la imposibilidad de reducir el trabajo inmaterial al ámbito económico, este tipo de trabajo se desborda  y afecta a la producción y reproducción de “ideas conocimientos y afectos”, es biopolítico en tanto en cuanto “está orientado a la creación de formas de vida social”. Otra de las características  del trabajo inmaterial es que este se realiza en común y por su naturaleza va creando relaciones  de colaboración que a su vez producen más conocimiento.  

A partir de 1968 empieza a cambiar la forma de los movimientos de resistencia debido a las  transformaciones en la fuerza del trabajo, incluso las guerras de guerrillas empiezan a cambiar  para adaptarse a las condiciones de la producción posfordista, abandonan el campo y se adaptan al ámbito urbano creando sistemas de información, comunicación, cooperación y estructuras  en red formando sistemas descentralizados o policéntricos. “Las nuevas dimensiones del poder exigen nuevas dimensiones de resistencia”. Ya en los años 90 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) fue todo un referente por el dominio de la comunicación, la tecnología y  por basar su organización en estructuras reticulares horizontales y descentralizadas.  

En las luchas desarrolladas durante las últimas décadas del siglo XX se forja la relación entre resistencia y desobediencia. Aparecen los movimientos organizados en base a políticas identitarias y más tarde los movimientos antiglobalización, todos ellos tienen en común rasgos que los  identifican como la resistencia de la multitud, son organizaciones basadas en modelos en red  distribuida, no se identifican con ningún partido ni siguen a un líder, se reafirman en sus diferencias y son capaces de organizarse y trabajar juntos por intereses comunes usando estrategias de  toma de decisiones democráticas. 

Hasta las protestas de Seattle, los movimientos de protesta se regían en base a dos modelos, los  que encarnaban una lucha unitaria que estaba encabezada por un líder o la figura de un partido o  las luchas identitarias que rechazaban la idea de liderazgo y se basaban en la afirmación de sus  diferencias. Con Seattle los distintos grupos se organizaron en común sin tener que renunciar a  sus diferencias, potenciando la idea de comunalidad y singularidad en detrimento de la de identidad y diferencia. Esta experiencia se convirtió en la primera protesta global y en un modelo de  movilización de lo común, un ejemplo de «red abierta y distribuida” capaz de crear desde lo común. En Seattle se unieron protestas de distinto origen con un denominador común, eran cuestiones que afectaban de manera global. Se protestó contra las prácticas de las multinacionales  agroquímicas, contra la deuda que esclaviza a las economías más pobres, contra las políticas de  control que impone el FMI, contra el estado de guerra permanente, etc. 

Las protestas fueron pacíficas pero los medios de comunicación tienen especial interés en mostrar los episodios más violentos, aunque estos no sean representativos de la protesta. El abuso  de la fuerza por parte de la policía fue incrementándose en citas posteriores dejando un herido  grave en Goteburgo y un muerto en Génova durante la cumbre del G8. 

El sistema de la globalización capitalista nos ha llevado a un sistema de desigualdad laboral en el  que se dibuja un mapa mundial de la explotación diferenciando el valor de la mano de obra por  su localización geográfica, ya sea a pequeña escala dentro de una misma ciudad o de un estado,  o a una escala más grande. Las grandes empresas aprovechan las diferencias en legislación y en  materia laboral para deslocalizar fábricas y reducir costes, este tipo de prácticas sirve como  amenaza para los trabajadores de países del norte. 

“La división entre empleados y desempleados tiende a desaparecer, en la era posfordista  ya no hay empleo estable, cuando se menciona la flexibilidad laboral, en realidad lo que nos  están diciendo es que ningún puesto de trabajo es seguro.”

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La privatización de lo común 

Las formas de producción de conocimiento tradicional no son reconocidas, quedando en una  posición de debilidad todos los productos fruto de ese conocimiento, éstos deberían ser considerados patrimonio común de la humanidad. En Multitud, Negri y Hardt cuentan el caso del árbol  nim de la India, desde hace siglos que los agricultores indios muelen la semilla de este árbol y la  utilizan como insecticida natural, en 1985 una multinacional química consiguió una patente para  utilizar un pesticida basada en el nim. Algo parecido ocurrió con otras empresas que obtuvieron  patentes por la utilización de la cúrcuma. Muchas de estas patentes han sido recurridas sin éxito,  en el caso de la cúrcuma se consiguió anular ya que había estudios científicos publicados con  anterioridad a la patente y recogían el uso medicinal de la cúrcuma, pero de no haber sido así la  ley no habría revocado la patente. La ley sólo protege la propiedad intelectual si existe una actividad científica formal que reconozca ese conocimiento.  

Recientemente la macro química Bayer ha comprado Monsanto, un gigante estadounidense que  se dedica a fabricar agroquímicos y biotecnología para la agricultura. Esta empresa tiene el monopolio de la ingeniería genética de las semillas, además se le atribuye la invención del agente  naranja utilizado en la guerra de Vietnam. Los cultivos genéticamente modificados son un arma  de doble filo, podrían ser beneficiosos ya que son más resistentes a plagas y a condiciones me teorológicas, pero también pueden ser una amenaza para la salud. Lo que piden Negri y Hardt es  que exista un control democrático sobre estos procesos de investigación científica. 

“La cuestión fundamental no es que los humanos estén cambiando la naturaleza, sino que  la naturaleza está dejando de ser común para convertirse en propiedad privada y controla da por sus propios dueños”  

Es paradójico que las leyes de patentes y propiedad intelectual estén para fomentar la creatividad  y proteger la propiedad inmaterial pero esa protección suponga un obstáculo para acceder a conocimiento impidiendo así que otros trabajen a partir de esas ideas y sigan innovando y creando.  En disciplinas científicas como la microbiología o la genética el progreso está supeditado a la colaboración y a la apertura del acceso a la información. 

En 2013 un joven estadounidense, Aaron Swartz, terminó suicidándose ante el acoso que sufrió  por el FBI. Swartz fue condenado a 35 años de cárcel por liberar diferentes artículos de carácter científico para que todo el mundo pudiera tener libre acceso a ellos. Después de su muerte se  supo que comenzó a ser investigado por el FBI a partir de la publicación del “Manifiesto de la  Guerrilla por el Acceso Libre”, este texto era una defensa a la acción de liberar información en  beneficio de la humanidad (Radi.MS 2014). 

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Herramientas de la multitud

Negri y Hardt concluyen que la democracia es el único camino para que se consolide el poder de  la multitud. ¿Pero qué tipo de democracia es la que necesita la multitud? Aquí es donde aparece  el problema de la representación. En la mayoría de democracias el gobierno de todos se ve reducido al gobierno de uno solo por la vía de la representación, los representantes son elegidos y por  un periodo más o menos largo de tiempo tienen libertad para tomar decisiones que afectan a los  representados sin que estos puedan hacer nada si no están de acuerdo con esas decisiones. Sin  embargo, existen otros modelos interesantes como el de la “representación vinculada”, donde los  representantes están más controlados, los mecanismos suelen estar relacionados con un mayor  número de elecciones y con la posibilidad de revocar a los representantes si estos no cumplen  con los intereses de los representados. 

La democracia no puede terminar en la elección de un representante y dejar todo en sus manos,  es necesario que se reduzca la distancia entre representantes y representados y para ello debe rían establecerse mecanismos que garantizaran más control más participación de la ciudadanía  en las decisiones que toman los gobiernos. “Necesitamos concebir formas diferentes de re presentación, o tal vez nuevas formas de democracia que superen el paradigma de la re presentación.” Cuando la representación falla, cuando la ciudadanía, el pueblo o la multitud no  se sienten representados se socava la soberanía. “La soberanía es un sistema de poder dual”  no hay que olvidar que para que uno gobierne necesita que haya otro que consienta ser gobernado. 

En este sentido la desobediencia civil es otra estrategia a tener muy en cuenta cuando desde  los gobiernos se intentan imponer leyes que crean situaciones injustas para la sociedad. El ejercicio de la desobediencia civil, es una invitación a tomar conciencia y pasar a la acción. Esta acción ha de ser consciente y pacífica y puede servir para cuestionar esas leyes, hacer reflexionar  sobre ellas hasta modificarlas (Mateos, J. 2018). El texto escrito por Henry Thoreau en 1849 “Del  deber de la desobediencia civil” ha sido el referente para la lucha por los derechos civiles, influyendo a personas como Mahatma Gandhi o Martin Luther King y a muchos activistas que aplican  esta desobediencia civil al sistema tributario (desobediencia civil económica2) negándose a pagar  impuestos que financian actividades con las que no están de acuerdo.  

Siguiendo la vía de la reforma económica, otra estrategia interesante que se podría llevar a cabo  es la implantación de la Tasa Tobin de ayuda a los Ciudadanos, un impuesto para gravar las  transacciones monetarias internacionales con la que los estados podrían recaudar fondos, esta  medida limitaría la especulación y por tanto la volatilidad de los mercados financieros. Hardt y  Negri matizan que para que esta estrategia fuera más efectiva, la recaudación de esos fondos no  la debería llevar el estado sino un organismo democrático global. 

 Para más información consultar el “Manual de Desobediencia Económica” editada por derechoarebelion.net en 2013 2 bajo licencia Creative Commons. 

Otra estrategia podría ir encaminada a limitar la vigencia del copyright, 150 años son muchos y  más teniendo en cuenta que la liberación de algunas patentes de fármacos podrían salvar miles  de vidas. Además, el acceso libre a la información y a las ideas podría tener un efecto positivo al  estimular la investigación y la creatividad. Actualmente existe un debate sobre la limitación de  qué se debería poder patentar, por ejemplo la legitimidad de patentar formas de vida creadas  científicamente.  

Las licencias Creative Commons son una alternativa interesante al copyright, en ellas los autores  pueden acogerse a distintos tipos de licencias en los que se pueden definir para que usos permiten la cesión de los derechos de la obra conservando los derechos de autoría y manteniendo el  control para los usos no permitidos.

Es paradójico que Hardt y Negri apunten a estas estrategias como parte de las herramientas de la multitud y que lue go sus publicaciones estén protegidas por copyright.

En el extremo opuesto al copyright tendríamos el movimiento “open source” que se basa en crear software con código abierto que puede ser copiado y modificado para desarrollar otros  programas por otras personas. Esta filosofía de trabajo tiene mucho que ver con la inteligencia de  la colmena y la capacidad de bioproducción de la multitud.

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Herramientas del arte al servicio de la multitud 

El arte como forma de trabajo inmaterial, tiene un poder transformador en la sociedad. Aunque  los artistas son conscientes de las limitaciones de este poder, quizás no consigan cambiar el  mundo a nivel global, pero si pueden influir a nivel micro en la sociedad. La creatividad del campo  artístico es una fuente de recursos para mostrar caminos y vías poco exploradas, inspirando y  animando, demostrando que existen alternativas al Imperio, construyendo relatos encarnando  actitudes valientes e inteligentes que pueden ser contagiadas como un virus. 

Para Actitudes Singulares he propuesto 22 obras de 10 artistas, trabajos que enlazan con distintos conceptos relacionados con la multitud y actitudes de resistencia. Esta selección puede funcionar como un archivo de fichas abierto, de modo que se puedan identificar más ejemplos de  actitudes críticas positivas para que ese archivo crezca con aportaciones de los participantes. 

Entre los trabajos seleccionados que paso a comentar brevemente, encontramos obras que funcionan como mecanismos y resortes, imágenes y relatos que nos empujan a una toma de con ciencia y a dar un paso hacia la movilización, hacia una resistencia activa. Las artistas y los artistas que se citan no crean objetos y si los crean son herramientas para ser usadas. Son artistas con un perfil investigador, hacen referencia a realidades sociales y con sus obras responden a  problemas reales. No son obras para la contemplación, son obras con una función determinada  que nos muestran que es posible adoptar una actitud comprometida enfocada a buscar solución  a los problemas.  

En esta selección también he querido incluir algunos ejemplos de obras que estarían cerca de la  crítica negativa, como el caso de The column de Adrian Paci. Un vídeo documental que ejemplifica como pocos, hasta donde está llegando la globalización de la economía mostrando como es  el trabajo en un “barco fábrica”. En esta obra hay un detalle lleno de simbolismo, un mensaje que  va implícito en la decisión de que la columna se exponga tumbada y no en posición vertical, las columnas siempre han sido un símbolo de poder y ésta en concreto es el resultado de un modelo  de producción extremo al que nos está llevando la globalización de la economía. 

Las obras de Oliver Ressler nos hablan del poder de la multitud, de cómo ésta puede hacer frente al imperio movilizándose y organizándose. La reapropiación es un recurso que aparece constantemente en las obras propuestas, reapropiación de espacios, de bienes de ideas, técnicas y  conceptos. En too big to fail una multitud demasiado importante para fallar, se apropia de la frase  utilizada para justificar rescates bancarios para asignarla a la multitud.  

Escif también estaría cercano a la línea de crítica negativa, de hecho, en muchos de sus trabajos  lo está, pero sus obras suelen hacer de interruptor para activar la reflexión sobre diferentes temas  que hacen referencia por ejemplo, a la corrupción, alienación del individuo o a los efectos de la  globalización. Pero algunas obras murales como Opór o Gaua Gurea Da! / Errekaleor (La noche es  nuestra), son un llamamiento a la resistencia de grandes dimensiones, no sólo por su tamaño  físico sino por la carga simbólica que contienen. En proyectos como Breath project la implicación  va más allá de tocar las conciencias y dar coraje a aquellos que resisten, en este caso hablamos  de un proyecto que pretende una transformación real solucionando un problema concreto. 

La obra de Tue Greenfort Exceeding 2 degrees también consigue transformar la realidad a nivel  local. El proyecto consiste en conseguir reducir el consumo de energía variando la temperatura  de la sala de exposiciones, en este caso la obra se convierte en un mecanismo que obliga a la  institución a modificar parte de su funcionamiento. Esta acción que puede parecer simple requiere un trabajo importante de mediación, sobre todo cuando el centro de exposiciones no tiene suficiente autonomía y depende de un ente superior. Si aplicar un cambio de temperatura en un  centro de arte público ya supone un reto burocrático, conseguir que la institución cuantifique el  ahorro y lo destine a compensar el impacto ambiental que genera comprando una porción de  bosque, el ejercicio de inversión de poder es muy elevado.

 Estamos acostumbrados a que sea justamente al revés, las instituciones son las que imponen las reglas y las condiciones que los artistas/ciudadanos han de cumplir

Este proyecto también es interesante porque enlaza con la idea de “consumo consciente”, cuando hablamos de democracia lo hacemos con la idea de participar votando, pero hay que tener en  cuenta que con nuestros actos de consumo cada día también votamos, damos soporte a grandes corporaciones que representan intereses concretos. Desde el punto de vista del consumidor  tenemos el poder de no apoyar a determinados grupos de empresas buscando productos alternativos apoyando por ejemplo el comercio justo, las pequeñas cooperativas, los productos de  proximidad y exigiendo un comportamiento ético a las empresas que nos suministran productos  y servicios. No podemos delegar esta responsabilidad a los gobiernos, ya que estos se someten  al poder del imperio, hay muchos ejemplos de multinacionales que amenazan con trasladar la  producción deslocalizando sus fábricas a países donde la mano de obra o la legislación les resulta más beneficiosa. Los estados terminan relajando sus mecanismos reguladores y cediendo a  los intereses de estas grandes empresas. 

Carolina Caycedo en Day to day, uno de sus proyectos a largo plazo (de 2002 a 2009) llevó a la  práctica la idea utópica de vivir sin dinero, recuperando el trueque como estrategia para procurarse los productos y servicios que necesitaba y demostrando que esta técnica favorece la creación de relaciones personales. En esta línea de trabajo otros artistas como, por ejemplo, Julieta  Aranda y Anton Vidokle, han recuperado la idea de los bancos del tiempo para crear redes de colaboración en las que se consigue prescindir del dinero.  

Otro proyecto desarrollado a largo plazo en varias ciudades es Distributive Justice de Andreja  Kuluncic. Podemos considerar este proyecto como una herramienta de investigación y de promoción de la participación. Cada participante puede colaborar aportando su opinión sobre temas  relacionados con el reparto de bienes comunes a escala global. Una de sus virtudes es que el  proyecto va creciendo con las colaboraciones de cada participante, todo suma y a medida que  su archivo viaja y se usa se hace más completo. 

Con el trabajo de Nuria Güell entramos de lleno en el terreno del arte como herramienta para  atacar a problemas concretos, aunque sea a nivel local. Su trabajo se basa en utilizar diferentes  estrategias para invertir las relaciones de poder, las estrategias que utiliza son las mismas que  emplean las grandes empresas y los estados, pero ella las usa al servicio de la ciudadanía. Sus  proyectos suelen poner a la institución en situaciones comprometidas, más aún cuando se trata  de instituciones públicas y se utiliza parte de su presupuesto para promover la desobediencia civil. Para su proyecto Arte político degenerado, protocolo ético realizado en el MNCARS la artista  creó una sociedad anónima en un paraíso fiscal para después donarla a un grupo que actúa de  forma local en un proyecto de desarrollo de economía autónoma, de esta forma pueden evadir  impuestos y quedar fuera del alcance de organismos como el BCE o el FMI. Cuando crearon esa  sociedad en un paraíso fiscal, utilizaron el dinero de destinado a la producción artística para conseguir asesoramiento profesional, sus asesores fueron los mismos a los que recurrieron reconocidos políticos y empresarios para desviar fondos públicos y evadir impuestos. 

Para el proyecto Oficina de rescate invertido Güell repite la misma técnica, utiliza el dinero y los  recursos de la institución, en este caso para montar una oficina de asesoramiento al ciudadano,  en ella se informa sobre técnicas de desobediencia fiscal, no se trata de dejar de pagar impuestos sino de decidir a qué se debe dedicar ese dinero recaudado. 

Dos de los proyectos seleccionados tienen como protagonista la educación en las aulas, Güell  afirma que la escuela y el museo son instituciones que deberían potenciar la capacidad crítica de  las personas. En Disuasión la herramienta que presenta tiene forma de unidad didáctica para explicar algo que normalmente no se enseña en las aulas, la unidad didáctica comienza explicando  el origen del dinero en la historia, para más tarde hablar de la aparición de los bancos y de cómo  funcionan, concretamente le interesa explicar cómo los bancos crean el dinero a partir de la deuda de los demás. Esta es la base del proyecto llevado a cabo por Enric Duran, un activista que  llegó a expropiar a los bancos casi medio millón de euros con una estrategia basada en pedir  préstamos que no pensaba devolver. Para este proyecto, Durán colaboró con Güell impartiendo  esta unidad didáctica a alumnos de 3º de ESO.  

Su otro proyecto relacionado con las aulas, es Rambo, un proyecto dedicado a sabotear las técnicas de reclutamiento que lleva a cabo el ejército de EEUU en las escuelas de las zonas más  pobres. En esas campañas de reclutamiento se utilizan conceptos como, la aventura, la patria o  la seguridad nacional, para embaucar a jóvenes de 17 años y llevarlos a una guerra para defender  intereses muy distintos. La manera de sabotear estas campañas es realizar unos talleres con un  veterano de la guerra de Irak que cuenta de primera mano lo vivido en sus años de militar destinado a una zona de conflicto. Los talleres se realizan un año antes de que empiecen las campañas de reclutamiento. 

Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto además de ser artistas audiovisuales son profesores de  secundaria, con No renunciamos rememoran antiguos proyectos de educación alternativos como  las misiones pedagógicas. En su trabajo la educación juega un papel central ya que sólo con individuos bien formados intelectualmente y con capacidad crítica se conseguirán cambiar las  dinámicas de un sistema global que prima los intereses de los mercados sobre los de las personas. Baila la contrarreforma es un vídeo que en un primer momento podría parecer un ejemplo  de crítica negativa al enumerar una serie de situaciones injustas, pero conforme va avanzando,  hay un momento en el que se apela directamente al sentido crítico de quien visiona el vídeo para incitarle a movilizarse a “colonizar la alegría” y “colonizar los afectos”, recuperar prácticas como  la del trueque, hacer un consumo consciente, a unirse y trabajar de manera colectiva, a abandonar el sometimiento y saltarse las normas, de nuevo aparece aquí la idea de la desobediencia civil. 

Superflex es un colectivo danés con más de dos décadas de recorrido en las que ha creado diferentes herramientas al servicio de la ciudadanía, de hecho, cuando uno visita su web en lugar de proyectos, aparece la palabra herramientas (tools). Investigando para un proyecto hace más de diez años descu brí “Supergas”, fue la primera obra que vi de Superflex, una estación de biogas desarrollada con científicos  

para garantizar la autosuficiencia energética en entornos rurales poco accesibles. Este proyecto me enganchó, fue la primera obra/herramienta que descubrí, me impactó porqué superaba lo que hasta ese momento pensaba que el arte podía hacer, era algo real y en el fondo no importaba mucho si era arte o no, la obra  era una solución a un problema real creada por artistas. Mientras muchos se quedaban en la fase de denuncia cuando realizaban sus obras ellos respondían a la pregunta ¿Qué puedo hacer yo para solucionar  este problema? Ese planteamiento, esa actitud me pareció realmente interesante, además se trataba de un  proyecto colaborativo que involucraba a científicos y asociaciones locales trabajando juntos justo antes de  que la palabra transdisciplinariedad se pusiera tan de moda.  

Antes, cuando a propósito de la obra de Tue Greenfort hablaba de consumo consciente, de buscar pro ductos alternativos, pensaba en todos aquellos que al buscar esa alternativa no la encontraron y en vez de  quejarse decidieron crearla. Superflex en 2006 editó Self-organisation / Counter economic strategies, un  libro dedicado a recopilar experiencias de autogestión y estrategias económicas alternativas, este libro a  diferencia del de Negri y Hardt sí está editado bajo licencia Creative Commons. El término “self-organisa tion” viene prestado del campo de las ciencias naturales y hace referencia a sistemas que se organizan internamente creciendo en complejidad sin la ayuda de fuentes externas, de nuevo aparece aquí la idea de  estructuras en red, como en el concepto de multitud. El libro funciona como un recetario de ideas, la intención es que estas ideas se puedan copiar, desarrollar modificar y mejorar, justo al contrario de lo que ocurre  con las patentes. Gran parte de la obra de Superflex está enfocada a hacernos reflexionar sobre la propiedad intelectual y la copia.  

Hospital Equipment, es un proyecto que tiene similitudes con el sistema de trabajo que emplea Nuria Güell,  el arte se convierte en la vía para canalizar recursos camuflados en forma de obra para ayudar allá donde  se necesita. El material de quirófano que compone la instalación fue a parar a un hospital de Siria y a otro  en Gaza. 

Actualmente el concepto de participación al igual que el de sostenibilidad y muchos otros está perdiendo el  sentido por su mala utilización, hay demasiados casos en los que se vende participación y es una falsa participación, una participación dirigida o mediada o poco representativa. Superkilen es un parque urbano diseñado por Superflex y un estudio de arquitectura, el parque está ubicado en uno de los barrios con mayor  diversidad de Copenhague. Superflex ha desarrollado un extenso proceso participativo para convertir este  espacio publico en un parque que reconoce la diversidad y la singularidad de sus vecinos como un valor  positivo. Este proceso participativo además de mejorar la integración de los vecinos consigue transmitir la  idea de que mediante la participación se puede influir en las políticas locales. 

La última de las obras que propongo de Superflex es quizás la que menos tiene que ver con la idea de herramienta, estaría más bien en la línea de otras obras que hemos visto que interpelan al espectador para  incitarle a que emprenda alguna acción. The working life plantea una propuesta radical a través de una terapia de hipnosis, se nos pide una ruptura con un sistema laboral que prima la salud de los mercados y no  la de las personas. “ellos mandan hoy porque tu obedeces” Albert Camus 

Otro ejemplo de práctica artística en la que las barreras entre arte y trabajo social se difuminan es  el que realiza el ya veterano (desde 1993) colectivo austríaco Wochenklausur. Su trabajo podría  definirse como: mediación y resolución de problemas sociales específicos. En este caso la herramienta son ellos mismos y el trabajo que desempeñan. Wochenklausur recurre a la capacidad  del arte para transformar la vida de las personas y es justamente a lo que se han dedicado los  últimos 25 años, el colectivo ha trabajado para mejorar las condiciones de minorías sociales, drogadictos, personas sin hogar, refugiados, desempleados, enfermos, etc. Para Women-led wor ker’s Cooperative consiguieron que un grupo de mujeres que viven en una zona deprimida a con secuencia de los cambios económicos globales, iniciaran un proyecto de autoempleo procurándoles todas las herramientas necesarias para ponerlo en marcha, facilitándoles la ayuda de profesionales a los que consiguieron involucrar en el proyecto y mediando con las instituciones públicas para conseguir las mejores condiciones para que funcionara.  

David Arlandis 

Autogestión, Autosuficiencia, Asociacionismo, Banca ética, Bancos de tiempo, Biopoder,  Consumo consciente, Contrainformación, Cooperativismo, Copyleft, Creative Commons,  Crowfunding, Democracia directa, Desobediencia civil, Desobediencia económica, Desposesión por acumulación, Economía colaborativa, Formación no reglada, Imperio, Insolvencia, Insumisión fiscal, Inteligencia de enjambre, Inversión de reglas/leyes/roles, Mediación,  Multitud, Open Source, Participación, Reapropiación, Reciclaje, Resistencia, Trabajo colaborativo, Trueque 

Fuentes del presente texto y del anexo de obras: 

Arlandis, D. y Marroquí, J. (2014). «7000000000». Disponible en:  http://www.eacc.es/www/wp content/uploads/2014/02/7_000_000_000_CAS.pdf 

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